Día 5º- Hombre de fe. Aún más
que Abraham, a ti, san José, te tocó creer en lo que es humanamente
impensable: la maternidad de una virgen, la encarnación del Hijo de
Dios.
Fortalece, oh san José, a quien se desanima y abre los corazones para confiar en la Providencia de Dios.
"Dios te salve, José, lleno de gracia del Espíritu Santo; el Señor es contigo; bendito eres entre los hombres, como tu Esposa es bendita entre todas las mujeres; porque Jesús, fruto bendito del vientre virginal de nuestra Señora, la Virgen María, fue tenido por tu hijo. Ruega por nosotros, virgen y padre de Cristo, para que Él, que en esta vida quiso ser súbdito, por tus merecimientos nos sea propicio ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén"
"Dios te salve, José, lleno de gracia del Espíritu Santo; el Señor es contigo; bendito eres entre los hombres, como tu Esposa es bendita entre todas las mujeres; porque Jesús, fruto bendito del vientre virginal de nuestra Señora, la Virgen María, fue tenido por tu hijo. Ruega por nosotros, virgen y padre de Cristo, para que Él, que en esta vida quiso ser súbdito, por tus merecimientos nos sea propicio ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén"
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